19 marLa década incubada

Compartimos la nota publicada por “El Cable” donde Ezequiel Litichever, Coordinador General de Incubacen, realiza un balance sobre los primeros 10 años de vida de la incubadora de empresas de base tecnológica de Exactas – UBA.

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Cumplidos los diez años de trayectoria, la incubadora de empresas de base tecnológica de la Facultad puede exhibir resultados que demuestran la maduración de la iniciativa. En ese lapso, se crearon 9 compañías y más de 50 puestos de trabajo. También se ganaron 70 premios y subsidios y se obtuvieron 27 millones de pesos de inversión para los proyectos seleccionados.

Todo comenzó allá por el año 2003. La iniciativa surgió a partir del impulso de quien, en ese momento, se desempeñaba como secretario de Investigación de la Facultad y, actualmente, es el ministro de Ciencia de la Nación: Lino Barañao. Exactas necesitaba de un instrumento que facilitara la transformación del conocimiento que se generaba en sus claustros en empresas de base tecnológica, generadoras de alto valor agregado y que, además, se constituyeran en una alternativa laboral para sus egresados a partir de la generación de puestos de trabajo de calidad.

Claro que, lo que hoy puede aparecer como una noción surgida casi del sentido común, en aquel momento carecía de cualquier antecedente. “Barañao tuvo una idea visionaria”, destaca Ezequiel Litichever, coordinador general de Incubacen. Y agrega, “la Facultad fue pionera, primero en aceptar y luego en sostener, durante las gestiones de Pablo Jakovkis y Jorge Aliaga, una iniciativa de estas características”.

A diez años de su nacimiento, Incubacen puede mostrar una serie de logros notables para un espacio todavía muy joven. Más aún si tenemos en cuenta que la mayoría de los proyectos que apoya son de maduración lenta. En esta década, Incubacen lleva creadas 9 empresas de base tecnológica y más de 50 puestos de trabajo calificado. Sus emprendimientos incubados han obtenido 70 premios y subsidios y se han hecho acreedores de inversiones por 27 millones de pesos. Además, cuenta con 12 patentes que están siendo puestas en valor por empresas nacionales incubadas, que exportan conocimiento argentino al exterior.

Una de las claves que ha posibilitado este crecimiento sostenido ha sido la concreción de un paulatino cambio cultural dentro del sistema científico tecnológico, pero el cual, un número cada vez mayor de sus integrantes aceptan trabajar en proyectos aplicados y articulados con el sector productivo. “Esta transformación en los valores ha sido muy significativa. Hoy lo vemos en la cantidad de investigadores, graduados y alumnos que se acercan a la incubadora. Si bien todavía hay gente que se opone, el consenso alcanzado es muy amplio”, asegura Litichever.

Una vez afianzada, a partir de la gestión de Laura Pregliasco, la experiencia exitosa de Incubacen fue tomada por la Universidad de Buenos Aires para crear UBA Emprende, un programa destinado a fomentar y colaborar con las iniciativas emprendedoras del conjunto de las facultades. En esa línea, Incubacen dio apoyo a la creación de incubadoras en Agronomía, Ingeniería y Psicología. “Nos hemos transformado en referentes dentro de la UBA, a nivel nacional e incluso regional –señala Litichever-. La Universidad Politécnica de México, por ejemplo, quiere venir a conocer nuestro trabajo”.

Las características propias de la Facultad fueron determinando que, casi de un modo natural, Incubacen se fuera entrenando y especializando en un lugar de vacancia dentro del sistema nacional de innovación: la selección y el acompañamiento desde etapas muy tempranas de proyectos complejos de alta intensidad tecnológica. “Llegamos para llenar un vacío y cumplir un rol que es muy necesario”, relata Litichever y agrega, “nosotros nos focalizamos en emprendimientos difíciles pero con alto potencial, que requieren mucho tiempo y dedicación. Los tomamos cuando están muy lejos del mercado, cuando todavía tienen que superar muchas barreras. Pero si logran hacerlo son los más interesantes”.

La constante evolución de la labor desarrollada en Incubacen se vio reflejada en los resultados que obtuvo durante el año pasado, lapso en el que se concentraron los frutos de todo el trabajo desplegado con anterioridad. En 2013 se obtuvieron 20 millones de pesos en financiamiento, se marcó un récord en el número de convenios de incubación firmados y en el número de emprendedores asistidos. También se consiguieron recursos a través de la línea EBT Empretecno de la Agencia para cada uno de los ocho proyectos presentados. Además, se inauguraron dos laboratorios propios para que los emprendedores puedan llevar a cabo las investigaciones relacionados con sus proyectos.

En 2014 el proyecto de un grupo de estudiantes de grado de física ya logró un subsidio de 100 mil pesos del Ministerio de Industria, mientras que el emprendimiento INGKA Educación concretó sus primeras ventas. Además, en el mediano plazo se espera que se constituyan 10 nuevas empresas. “Vamos a seguir recorriendo este camino porque los indicadores y los resultados nos demuestran que venimos bien”, afirma Litichever con cierto orgullo y remata, “me parece que, de aquí en adelante, los indicadores de éxito tienen que estar relacionados con las ventas de las empresas que ayudamos a crear. Creo que nos encaminamos hacia esa meta”.

Gabriel Rocca

 

Link para leer y descargar la edición de El Cable:

http://www.fcen.uba.ar/prensa/cable/2014/pdf/Cable_836.pdf